martes, 25 de agosto de 2009

Federer: ¡Gracias Myla y Charlene! ... Rumbo al US OPEN

EL CIELO ERA GRIS PARA ROGER FEDERER HACE UN AÑO. AHORA NO PODRÍA ESTAR MÁS DESPEJADO PARA ÉL. TODO LE SONRÍE.

Cuán distintas son las sensaciones de Roger Federer un año después. En 2008 llegaba al US Open a despejar dudas, a dejar claro que seguía ahí, después de un verano en el que sufrió el revés de Wimbledon, la pérdida del número uno y otro duro golpe en los Juegos Olímpicos que intentó compensar con el oro en el doble pero, como él mismo, reconoció, no es lo mismo y llegó a Nueva York “algo decepcionado”. Gracias al apoyo y el cariño de los aficionados pudo levantar el ánimo. En este 2009, las cosas han sido “más plácidas, es cierto, aunque entonces tampoco fue algo terrible. Y conseguí que las cosas volvieran a cambiar en mi favor con mi victoria en el US Open”. Federer se siente fuerte. Se siente de nuevo el mejor. Y no esconde su satisfacción por ello. Todo le ha venido rodado: títulos en Roland Garros y Wimbledon, recuperó el liderato mundial, fue padre... Y, encima, las niñas, gemelas, se adelantaron. “Tengo que dar las gracias, enormes, a Myla y Charlene ya que llegaron antes de lo previsto y eso me ha permitido competir... ¡Les debo esta victoria! Es mi primer título siendo padre y eso lo hace un poco más especial. Llegaré a Nueva York con esta victoria, la primera en un Masters 1000 en pista dura desde hace tiempo (concretamente, su último título de la categoría en dura era el de Cincinnati en 2007), con mi mujer y mis hijas, estando bien... Está siendo un verano maravilloso y es otro gran momento en mi carrera”.Y es que una de las cosas más importantes para Roger antes del último Grand Slam de la temporada, en el que lleva cinco años consecutivos imponiendo su ley, es que llega sin ningún problema físico y con la moral por las nubes. “No tengo problemas de espalda ni siento ningún dolor, lo que me permite jugar otra vez libremente y centrarme únicamente en cómo quiero jugar y no en cómo tengo que ejecutar un golpe para que no me duela. Esa es una gran diferencia con respecto a hace unos meses”, destaca Federer antes de admitir que “mentiría si dijera que no estoy satisfecho. Esta semana, y especialmente en los dos últimos partidos, que jugaba exactamente como quería la mayor parte de los puntos. Y, como todo el mundo puede imaginar, eso me da una confianza máxima para lo que viene...”.Esta semana, en Nueva York, Roger podrá disfrutar de su familia. Y también intentará buscar un hueco para Tiger Woods, su gran amigo, que estará disputando la FedEx Cup, torneo del circuito PGA, en el Liberty National Golf Club, en Nueva Jersey. Woods le comentó hace un tiempo a Federer que conjugar paternidad y carrera profesional “es duro pero no imposible. Me dijo que me encantaría”, recuerda el suizo. Y así está siendo. Está absolutamente encantado con su vida aunque reconoce que todavía se está “adaptando a la situación. Estoy intentando ser un buen padre... Y creo que lo soy”.

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